La terapia biofotónica supone un avance muy importante en el tratamiento del acné y la rosácea al producir una mejoría muy significativa del aspecto de la piel, sin compromisos entre seguridad y eficacia.
El tratamiento biofotónico para el acné, rosácea y rejuvenecimiento, ha demostrado una eficacia duradera, con mínimos efectos adversos. No es un procedimiento doloroso, sino que la mayoría de los pacientes lo consideran una experiencia agradable.
¿En qué consiste el tratamiento biofotónico para el acné y la rosácea?
La terapia biofotónica se basa en el uso de la fluorescencia, una nueva fuente lumínica capaz de estimular los mecanismos de regeneración de la piel:
Tras la sesión de tratamiento, el paciente puede reincorporarse a sus actividades habituales.
¿Cómo actúa el tratamiento biofotónico para el acné, rosácea y rejuvenecimiento?
Al actuar de forma simultánea en las diferentes capas de la piel, la terapia biofotónica aporta múltiples beneficios:
¿Para quién está indicado el tratamiento biofotónico del acné?
El tratamiento para el acné con terapia biofotónica está indicado para todos los tipos de acné inflamatorio, incluidos los más severos. Además, ayuda a prevenir la formación de cicatrices y ofrece una significativa mejoría de las cicatrices existentes. Los resultados de la terapia biofotónica se mantienen durante al menos seis meses.
¿Para quién está indicado el tratamiento biofotónico de la rosácea?
El tratamiento para la rosácea con terapia biofotónica está indicado para la rosácea eritematotelangiectásica (cuperosis) y para la rosácea papulopustulosa (acné rosáceo). Además de las alteraciones estéticas de la piel, los pacientes tratados suelen notar una significativa mejoría de la sensación de ardor y escozor característica de esta patología.
¿Qué ventajas tiene el tratamiento biofotónico del acné y la rosácea respecto otros tratamientos?
El tratamiento biofotónico para el acné y la rosácea tiene importantes ventajas respecto a los tratamientos convencionales: su eficacia, su seguridad y su tolerabilidad. Hasta ahora, los tratamientos convencionales tenían entre sus inconvenientes: su variable eficacia, la mala tolerabilidad y los efectos secundarios. Es un tratamiento que no requiere de medicación ni de controles analíticos.